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La Salsa Vive: Un documental que honra el alma de nuestra música.

La salsa, ese ritmo que enciende los sentidos y despierta memorias, está más viva que nunca. Y así lo demuestra el reciente documental La salsa vive, dirigido por el colombiano Juan Carvajal. Esta obra audiovisual no es simplemente una recopilación de testimonios o una mirada nostálgica al pasado: es una declaración rotunda, un grito desde el alma para recordarnos que este género sigue latiendo con fuerza, con historia, con calle y con corazón.

Rodado entre Puerto Rico, Nueva York, Venezuela, Cuba y Colombia, el documental traza un recorrido vibrante por los orígenes, la evolución y el presente de la salsa. Carvajal logra reunir una constelación de voces legendarias que nos entregan su verdad desde la experiencia vivida: Gilberto Santa Rosa, Ismael Miranda, Bobby Valentín, Richie Ray, Adalberto Santiago, Oscar D’León, entre muchos otros, aportan sus memorias, sus anécdotas y su visión sobre este género que ha sido banda sonora de generaciones.

Una de las grandes virtudes de La salsa vive es su enfoque humanista. No se limita a lo técnico ni se queda en el dato histórico. Aquí la salsa se presenta como una forma de vida, como un refugio emocional, como un medio de expresión popular profundamente arraigado en la identidad latinoamericana. El documental nos recuerda que la salsa no ha muerto ni se ha quedado atrapada en los años dorados del Bronx o Santurce; por el contrario, ha sabido adaptarse, mezclarse, resistir y, sobre todo, seguir enamorando corazones.

Juan Carvajal, con sensibilidad y respeto, construye un relato coral que resuena con el amor de quienes crecimos escuchando trombones, congas y voces que cantan al amor, al desengaño, a la lucha y al gozo. La fotografía es cálida, cercana; la música, por supuesto, es protagonista indiscutible y aparece como un personaje vivo, vibrante, que emociona y mueve.

Para los amantes de la salsa, este documental es una joya obligada. Y para quienes apenas comienzan a adentrarse en sus aguas, es una puerta de entrada per
fecta a un universo riquísimo en historias, sonidos y sentimientos. La salsa vive no solo documenta, sino que inspira. Nos invita a volver a escuchar con atención, a valorar lo nuestro, a compartir ese legado con las nuevas generaciones.

En tiempos donde la música comercial arrasa con fórmulas repetidas y vacías, este documental es un acto de resistencia cultural. Es una caricia para el salsero de alma, y una bofetada elegante para aquellos que aún creen que la salsa es cosa del pasado.

Porque sí, como bien lo grita este título, ¡la salsa vive!, y mientras haya quien la escuche, la cante, la baile y la sienta… nunca morirá.