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No hay nada mejor: El arte de amar en clave de salsa

En el amplio universo de la salsa romántica, hay canciones que no solo se escuchan, sino que se sienten. Temas que se instalan en el alma del oyente y lo acompañan en sus momentos de nostalgia, ternura o pasión. Uno de esos temas que ha sabido resistir el paso del tiempo es “No hay nada mejor”, interpretado por el maestro puertorriqueño Gilberto Santa Rosa, una de las voces más reconocidas y respetadas del género.

La canción forma parte del álbum Punto de Vista, publicado en el año 1990, una obra discográfica que marcó una etapa de madurez artística en la carrera de Santa Rosa. Con este trabajo, el artista consolidó su estilo elegante y su forma sobria pero apasionada de interpretar el amor a través de la salsa.

El tema fue compuesto por Charlie Donato, destacado músico y autor con una sensibilidad especial para retratar sentimientos en forma de canción. En esta pieza, se resalta la pureza de un amor sincero, profundo, de esos que llegan sin previo aviso y se convierten en un motivo para vivir. La letra evoca la dicha de compartir la vida con alguien que lo significa todo, y lo hace con un lenguaje simple pero cargado de emoción.

Musicalmente, la canción está construida sobre un arreglo clásico, pulcro y refinado, propio de la época dorada de la salsa romántica. El acompañamiento orquestal no opaca la voz, sino que la enaltece, permitiendo que cada verso sea comprendido con claridad y se aprecie el sentimiento con el que ha sido interpretado.

"Este verdadero amor que ha surgido entre tú y yo
Llegó y no sé cómo explicar esta manera de amar..."

Versos como estos se han grabado en la memoria de generaciones enteras que han encontrado en esta canción un reflejo de sus propias historias de amor. Porque si algo ha logrado Gilberto Santa Rosa a lo largo de su carrera es hablarle al corazón sin perder la elegancia musical que lo caracteriza.

“No hay nada mejor” no solo es una canción, es una declaración de principios. Es un recordatorio de que el amor auténtico sigue existiendo y que, en medio del ruido del mundo moderno, la salsa continúa siendo un refugio sonoro para los sentimientos más nobles.

En Oilo al Aire, esta y otras joyas del repertorio romántico siguen vivas, sonando día y noche para todos aquellos que, como nosotros, creen que la salsa es más que música: es emoción pura. Porque no hay nada mejor… que dejarse llevar por el corazón.