En el amplio universo de la salsa colombiana, pocas orquestas han mantenido con tanta firmeza su identidad musical como La Suprema Corte, una agrupación fundada en los años noventa y reconocida por su sonido contundente, su disciplina artística y su profundo arraigo en la tradición salsera del país. Desde su creación en 1990 por el maestro Andrés Viáfara, la orquesta ha sido una escuela de talento y un estandarte de calidad, triunfando en escenarios como la Feria de Cali y manteniéndose vigente a pesar del paso del tiempo y de los cambios en la industria musical.
Sin embargo, toda historia musical vive nuevos capítulos cuando se cruzan caminos inesperados. Y eso fue justamente lo que ocurrió con la llegada de Narziso, un cantante joven cuya historia parece salida de un guion cinematográfico: de cantar en los buses del sistema MÍO en Cali para ayudar a su familia, a convertirse en una de las voces más comentadas del ambiente salsero actual.
Narziso —cuyo nombre real es Brayan Perdomo— fue descubierto de manera casi fortuita. Su voz llamó la atención del mismo maestro Andrés Viáfara, quien, tras escucharle en un bus, le vio un brillo especial, un sello propio y un sentimiento que no se puede fingir. Poco después, le invitó a audicionar para La Suprema Corte, dando inicio a un nuevo capítulo tanto para el joven cantante como para la orquesta.
Este encuentro generacional cristalizó recientemente en el lanzamiento del sencillo “Quién Lo Diría”, una colaboración que ha despertado interés y comentarios positivos en redes sociales y plataformas musicales. La canción, disponible en YouTube y SoundCloud, mezcla el estilo sólido y tradicional de La Suprema Corte con la frescura interpretativa de Narziso, logrando un equilibrio atractivo para públicos de distintas edades.
“Quién Lo Diría” no es simplemente una nueva canción en el catálogo de la orquesta: es una declaración de continuidad, un gesto de renovación y a la vez un reconocimiento al talento joven que sigue emergiendo en la escena salsera. Narziso imprime en su interpretación una emoción clara, directa, casi autobiográfica, que conecta con quienes conocen su historia de lucha y superación. La Suprema Corte, por su parte, aporta la fuerza instrumental, la elegancia rítmica y la experiencia acumulada de más de tres décadas.
El resultado es un tema que, sin pretender revoluciones, sí aporta frescura al panorama salsero actual y demuestra que la combinación de tradición y juventud puede dar frutos poderosos. La química entre Narziso y La Suprema Corte se percibe natural, honesta y prometedora.
A pesar de que no existen aún cifras oficiales de impacto o charting en medios masivos, “Quién Lo Diría” ha tenido una recepción cálida entre los seguidores de la orquesta y entre nuevas audiencias que han descubierto a Narziso gracias a esta colaboración. Los comentarios en redes sociales resaltan el sentimiento de la interpretación y celebran el gesto de La Suprema Corte de abrirle espacio a un talento surgido desde la calle.
En un género como la salsa, donde la autenticidad es un valor sagrado, historias como la de Narziso recuerdan que el corazón de la música sigue latiendo donde menos se espera: en un bus urbano, en un joven soñador, o en la visión generosa de un maestro que sabe reconocer a tiempo una voz que merece ser escuchada.
Con “Quién Lo Diría”, La Suprema Corte no solo reafirma su legado, sino que, una vez más, demuestra que la salsa vive, se transforma y sigue encontrando nuevos caminos para emocionar. Y si el destino quiso que Narziso pasara de cantar en los buses a pararse frente a los micrófonos de una de las orquestas más queridas de Colombia, entonces… quién lo diría, ¿no?



