El universo de la música latina pierde hoy a uno de sus más grandes pilares. Eddie Palmieri, pianista, compositor, arreglista y genio indiscutible del jazz latino y la salsa, ha fallecido a los 88 años, dejando tras de sí un legado imposible de borrar.
Nacido en Nueva York, de padres puertorriqueños, Palmieri supo desde muy joven que la música era su destino. A lo largo de más de seis décadas de carrera, transformó el sonido salsero con una propuesta arriesgada, cargada de fuerza y alma. Fue el fundador de La Perfecta, una orquesta sin igual que introdujo los trombones como protagonistas, dotando a sus temas de una energía arrolladora.
Pero no solo innovó en la instrumentación. Palmieri rompió moldes en el ritmo, en la armonía y en la fusión de géneros, creando puentes entre la salsa, el jazz, el son montuno y hasta el funk, sin perder nunca su esencia latina.
Sus obras, como Azúcar, Muñeca, Vámonos Pa’l Monte y Palo Pa’ Rumba, son himnos que siguen vivos en el corazón del público y en las pistas de baile del mundo entero.
Más allá de los premios —entre ellos ocho premios Grammy—, su mayor reconocimiento es el respeto y la admiración que músicos y melómanos le profesan. Eddie Palmieri no solo tocaba el piano: lo hacía hablar, lo convertía en mensaje, en emoción pura.
Desde Oilo al aire, elevamos nuestra gratitud y admiración por un hombre que vivió para honrar la música latina. Su partida deja un vacío inmenso, pero también una herencia eterna.
¡Gracias por tanto, Maestro Palmieri!
Oilo al aire – La salsa que conecta tus sentidos.